La polémica sobre el color del vestido que hace unos días 'dividió' a la Red recuerda la vieja disputa sobre el color verdadero de la superficie de Marte, que conocemos como el 'planeta rojo' aunque en realidad es probable que no lo sea.
De la misma forma que los internautas jamás podrán llegar a un acuerdo sobre el color del vestido que la mitad de la Red piensa que es blanco y dorado, mientras que otros lo ven negro y azul, los investigadores llevan décadas sin llegar a un acuerdo sobre el verdadero color del planeta Marte. Es posible que el hecho de que lo veamos como el planeta rojo se deba a la misma ilusión óptica que la disputa sobre el mencionado vestido.
La NASA reconoce que
el color de las fotos que obtiene del planeta es en gran medida una
visión "artística" y no representa los colores exactos,
porque ello sería poco provechoso para los estudios de la superficie
del planeta. En realidad, las fotos, en realidad, son un mosaico de
varias piezas del paisaje que han podido ser tomadas en momentos
diferentes y bajo distintas condiciones meteorológicas, por lo que en
las fotos aparecen diferentes matices de colores. Es más, las cámaras
toman la mismo foto tres veces usando diferentes filtros para crear un
imagen con color equilibrado, como se hace con la imagen en la TV.
Finalmente, la información fotográfica tiene que cubrir una distancia de
casi 200 millones de kilómetros para llegar a las pantallas.
Por
ello no debe sorprender que en algunas de las fotos, la superficie del
planeta no se perciba roja. Así, las imágenes del planeta tomadas en
1976 muestran el cielo azul debido al ajuste particular de equilibrio de
blancos, según la revista 'Discover'.
No obstante, como siempre pasa cuando se trata del espacio, no faltan
los amantes de las conspiraciones que afirman que la NASA altera las
fotos a propósito para ocultar que las condiciones en Marte son aptas
para la vida. La más reciente foto de la superficie hecha por el Curiosity, en la que el suelo aparece de color gris-azul,
echa más leña a esta polémica. Y aunque los astrónomos ya propusieron
varias explicaciones de por qué puede ser así, lo único cierto es que
nadie sabe con certeza de qué color es el planeta.